¿Sabías que hay bebés que nacen con dientes?

¡Es un dato curioso pero cierto!

No es algo usual, se suele dar en uno de cada 3000 nacimientos, así que si vuestro bebé nace con dientes no os asustéis, simplemente debéis tener un seguimiento médico más minucioso.

En realidad, todos los bebés nacen con los brotes de los dientes, pero éstos no suelen asomar a través de la encía hasta pasados unos seis u ocho meses después del parto, aunque esto no es una regla matemática.

Cuándo el bebé nace con una parte o todo el diente erupcionado antes del tiempo normal, se les llama dientes natales y suele ser más frecuente en niñas que en niños; y a los que salen durante el primer mes se les llama dientes neonatales. Aunque es un porcentaje bajo, suelen darse más casos del primero que del segundo.

Esto sucede porque a la hora de que se hayan formado los dientes dentro del útero materno, el posicionamiento del germen dental se ha colocado de forma superficial y provoca que el primero o los primeros dientes aparezcan antes de tiempo.

Suele estar asociado a factores hereditarios, pero pueden aparecer también sin tener antecedentes. Se vinculó a falta de vitaminas de la madre, a estados febriles y otros trastornos durante el embarazo, pero no se ha logrado establecer una causa-efecto con ninguno de ellos.

Estos dientes puede ser que no estén bien fijados: ello es debido a que la raíz no se ha desarrollado del todo, por lo que será frecuente que se muevan. En estos casos, el médico deberá valorar su posible extracción para evitar que se soltasen y el bebé pudiese tragárselos.

Sobre este tema hay algunos mitos: en la Antigüedad tenía diferentes significados sociales. Se llegó a creer que los niños que nacían con dientes estaban favorecidos por Dios o que eran magos. En países como Indonesia, Polonia o China, se les consideraban niños monstruosos o “gafes”.

Hay algunos personajes históricos a los que se les atribuye esta característica, como Luís XIV, Ricardo III, Napoleón, el Cardenal Richelieu…